lunes, 3 de octubre de 2011

PIRÁMIDES DE SAL


(Las manos pintadas por Fray Angélico)

Se precipita el hielo,

se descuelga

en llamarada múltiple.

Decenas

de diminutos dardos

dibujan las distancias

desde dentro.

Un cielo casi líquido

se asoma

al lienzo balconado

sobre el pecho.

Dorada dimensión.

La piel se escribe

con el lenguaje azul

de los arroyos.

Estamos cultivando

la humareda.

Cenizas del galope

de una nube

para quedarnos dentro

del espejo.

Esquema de un encuentro

para labios.

Las yemas del ocaso

se perfilan

sobre brocados tibios,

sobre láminas

Con silencios.

Total de siemprevivas.

Paisaje del declive

de las uñas.

Plegado queda el grito,

se detectan

indicios de tormenta

en los rosales.

La piel que se alimenta

de palabras.

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